jueves, 3 de noviembre de 2011

“CHURRÍN” (Javier Sanz) -El pan de cada día-



Aquí estamos de nuevo, hola a todos los fuente olmedanos; los de nacimiento y los de adopción; a  los que tenéis la suerte de vivir el día a día del pueblo y a los que, como nosotros, volvemos a él en cuanto podemos; a los que están cerca y a los que aún estando lejos tienen el pueblo  en el corazón. Hola también a los que no son de Fuente Olmedo pero nos siguen en el blog. Hola a todos.

Hoy queremos, en esta entrada, rendir homenaje a una persona querida y también necesitada por todos que, sin haber nacido en Fuente Olmedo, casi se puede decir que es del pueblo, os hablamos de “Churrín”.


“Churrín” es como todos le llamamos cariñosamente. Muchos solo le conocen por ese apodo gracioso y entrañable pero que todo el mundo lo sepa: se llama Javier Sanz.

Él es quien nos endulza los desayunos pues nos trae esas madalenas y palmeritas tan ricas (vale, tenéis razón, no siempre las tiene… están tan buenas que muchas veces se le acaban antes de llegar al pueblo).
Si se nos han presentado de improviso unos amigos justo a medio día, él nos saca del apuro con una docena de huevos.
Él es quien, cuando queremos hacer alguna celebración especial, nos prepara un lechazo que está para chuparse los codos y él es también quien nos endulza con su tarta el postre de las comidas de Santa Brígida (y otras más).



Él es quien, a los que lo necesitan y no pueden desplazarse fuera del pueblo: “Si se lo pides hoy, mañana te lo trae”.
Pero sobre todo él es quien, haga sol o llueva, haga calor o “un frío que te pelas”, haya nieve o hielo, es decir: siempre, nos trae el pan de cada día.

De él se puede decir que es hijo adoptivo de todos los pueblos de los alrededores  además de serlo de Fuente Olmedo y en parte por eso, además del pan, trae y lleva noticias de unos a otros, eso sí, siempre con una sonrisa y su puro.


 
Es un hombre con el que resulta fácil y agradable charlar, amigo de la fiesta y de las Fiestas a las que nunca falta, siempre dispuesto a divertirse, a echar unas risas, unos bailes y por supuesto una mano a todo lo que haga falta, haciendo que todos nos encontremos a gusto con él.

 
Amigo de sus amigos y afable con los conocidos, siempre que esté en su mano, auxilia a todo aquel que se lo pide.

 
Churrín, si nos lees: Gracias por ser como eres y por traernos el pan de cada día y no pierdas tu sonrisa; puedes perder el puro si quieres (lo dudamos) pero tu sonrisa cuando nos das el pan y charlamos contigo no la pierdas.
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