Hacía un tiempo que no colgabamos nada en el blog. Disculpadnos pero hemos andado un poco liados con el trabajo.
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En este blog (y siempre que a Pizco le parezca oportuno -La Casa de La Palmera es su creación-) plasmaremos imágenes reales, imágenes imaginadas, crónicas, historias reales y ficticias... Cumpliendo dos premisas: Siempre serán originales y tendrán relación con La Casa de La Palmera.
No existe este espacio
sino por el recuerdo.
Trigales, pasado y futuro,
del inhóspito terruño en invierno.
Palmera,
Oriente en Castilla.
El ruido, el olor y la sombra,
en este patio castellano,
prometen una primavera verde
de trigo recién brotado y tiernas palmas,
agua en la noche pasada.
Dos destinos unidos,
irremediablemente,
para siempre.
Palmera y Trigal.
En una comisura del tiempo
el viento mueve la cabellera de la palmera.
Bajo sus hojas el ladrón recuerda,
viendo las olas del verde trigal,
el roce de los segundos imperceptibles.