jueves, 24 de septiembre de 2009
“bosque de Labrojo” = “Bosque del Abrojo”
Finalizada la guerra de la independencia contra las tropas napoleónicas, los desertores de las guerrillas se convirtieron en bandoleros.
De los que campaban por tierras vallisoletanas, en un archivo .pdf del fondo bibliográfico del Instituto Cervantes, hemos encontrado un pié de página en el que, haciendo referencia a: arCh.V., Sala de lo Criminal, Libros, caja 29, libro 74, fols. 286 y 327. ..., cuentan que un moribundo que encontraron a las afueras de Olmedo confesó pertenecer a una banda de tres hombres que entre otras fechorías habían atracado a dos vecinos de Fuente Olmedo en “el bosque de labrojo” en 1814.
Si os preguntáis donde esté el “bosque de labrojo” hemos encontrado lo siguiente:
Dos kilómetros al sur de Laguna de Duero, precisamente en la orilla del río y al lado de unas llamativas murallas, encontramos los restos del convento del Abrojo, del que fuera prelado San Pedro Regalado, patrono de Valladolid. Del convento apenas queda nada. Junto a un muro de piedra, protegido por álamos, vemos cómo mana aún la fuente de San Pedro. Debió ser, pues, la fuente del convento. Entre las riadas, la desamortización y el olvido, algo ha quedado. Tal vez si investigamos por la ribera podamos descubrir algo más. Pero serán piedras desordenadas y medio tapadas en la maleza.
Cerca de la fuente, al lado contrario de la muralla, hay una finca de labranza que guarda -entre la casa y el río- una pequeña ermita o capilla del Santo.
Al lado se encuentra el Bosque Real, donde la reina Isabel (la Católica) mandara construir un quarto de aposentamiento para descanso de reyes. Fue con Carlos I cuando los terrenos adyacentes fueron comprados y convertidos en bosque real, llevándose a cabo una repoblación con frondosas para convertir el término en zona de caza y descanso de los reyes. Fue encargado de esta intervención Felipe II, siendo aún príncipe (1550-1554) que lo cerca con la muralla y cubos almenados que vemos. El quarto desaparece en el siglo XVII a causa de un incendio. La parte del bosque, que abarcaba una extensión comprendida "desde la esquina camino del cercado de la dicha casa real, hasta la puente que dicen de boecillo y hasta el rio Duero", coincide con el actual perímetro del Bosque Real. En la esquina suroeste, cerca de la fuente, vemos en ladrillo restos de lo que fuera una portada. El resto es una urbanización que se llama “Bosque del Abrojo”.
De los que campaban por tierras vallisoletanas, en un archivo .pdf del fondo bibliográfico del Instituto Cervantes, hemos encontrado un pié de página en el que, haciendo referencia a: arCh.V., Sala de lo Criminal, Libros, caja 29, libro 74, fols. 286 y 327. ..., cuentan que un moribundo que encontraron a las afueras de Olmedo confesó pertenecer a una banda de tres hombres que entre otras fechorías habían atracado a dos vecinos de Fuente Olmedo en “el bosque de labrojo” en 1814.
Si os preguntáis donde esté el “bosque de labrojo” hemos encontrado lo siguiente:
Dos kilómetros al sur de Laguna de Duero, precisamente en la orilla del río y al lado de unas llamativas murallas, encontramos los restos del convento del Abrojo, del que fuera prelado San Pedro Regalado, patrono de Valladolid. Del convento apenas queda nada. Junto a un muro de piedra, protegido por álamos, vemos cómo mana aún la fuente de San Pedro. Debió ser, pues, la fuente del convento. Entre las riadas, la desamortización y el olvido, algo ha quedado. Tal vez si investigamos por la ribera podamos descubrir algo más. Pero serán piedras desordenadas y medio tapadas en la maleza.
Cerca de la fuente, al lado contrario de la muralla, hay una finca de labranza que guarda -entre la casa y el río- una pequeña ermita o capilla del Santo.
Al lado se encuentra el Bosque Real, donde la reina Isabel (la Católica) mandara construir un quarto de aposentamiento para descanso de reyes. Fue con Carlos I cuando los terrenos adyacentes fueron comprados y convertidos en bosque real, llevándose a cabo una repoblación con frondosas para convertir el término en zona de caza y descanso de los reyes. Fue encargado de esta intervención Felipe II, siendo aún príncipe (1550-1554) que lo cerca con la muralla y cubos almenados que vemos. El quarto desaparece en el siglo XVII a causa de un incendio. La parte del bosque, que abarcaba una extensión comprendida "desde la esquina camino del cercado de la dicha casa real, hasta la puente que dicen de boecillo y hasta el rio Duero", coincide con el actual perímetro del Bosque Real. En la esquina suroeste, cerca de la fuente, vemos en ladrillo restos de lo que fuera una portada. El resto es una urbanización que se llama “Bosque del Abrojo”.
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