viernes, 19 de septiembre de 2008
Por fín las fotos de las fiestas de Santa Brígida (aunque algo movidas).
Esta noche no se cena en casa, son las fiestas de Santa Brígida (las del Verano, que ya llegarán las de Santa Brígida del Invierno, las de toda la vida, pero es que con el frío no se disfrutan tanto por eso también se hacen en Verano).
Ya se están haciendo las ascuas. Paco nos cuenta que con los sarmientos y los troncos de viñas secas se hacen las mejores.
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¡Qué pinta tienen los pinchos morunos!... ¿Y las tiras de falda eh?... Si, si, pero a mi lo que más me apetece son los chorizos. Pues a mi los filetes de lomo y la morcilla. Pues a mi...
Venga, venga, vamos a cogerlos en el improvisado mostrador y no nos olvidemos del pan, el vino y la gaseosa...
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A la mesa, a cenar... Eso, eso, que luego tenemos baile.
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¡¡¡Viva Santa Brígida!!!... ¡¡¡Viva Fuente Olmedo!!!
martes, 16 de septiembre de 2008
Acaba el verano en Fuente Olmedo.
Cierra L'Alfabega, restaurante, cafetería y bar del pueblo. Ha venido Crispín de Olot, que no de Goliat o del Capitán Trueno, a cerrarla.
Ya han acabado de cementar la calle que cierra el pueblo rodeando la casa del alcalde y están trajinando en la zona de "los pilones" arreglando el parque.
El vacío, del vocerío ausente de los chiquillos en las tardes y noches, se llena del trino de las golondrinas posadas en los cables de la luz en el silencio del atardecer y, de vez en cuando, las voces de los vecinos en algún que otro paseo por el pueblo apurando estas últimas tardes del verano; colmándose con el de un par de grillos despistados en la noche.
No queremos que se nos acabe este verano de siestas en el patio ahuyentando las moscas (¡que de verdad que muerden!), de atardeceres de lectura sosegada en la hamaca forzando los ojos, agotando los últimos rayos de sol, dejando el libro solo cuando ya no vemos ni nuestros dedos y aparece Venus. Lucero de la tarde en esta época del año que, junto con las campanadas de la iglesia, marca la hora de dar un paseo antes de cenar.
No, no tenemos ninguna gana de que acabe este verano aunque estemos deseando pasar nuestro primer otoño en Fuente Olmedo.
martes, 2 de septiembre de 2008
Puente en el tiempo.
Mi espíritu, atormentado por la muerte de mi hermano el hijo del hombre más importante del poblado, anoche viajó a otro tiempo de este lugar en el que vivimos y vi un camino jalonado por extraños árboles sin ramas, todos iguales. Un camino sin fin que se perdía en el horizonte. No existían casi bodones (1) y casi todos los árboles habían desaparecido. La tierra era dorada y enormes flores amarillas, numerosas como hormigas, daban su espalda al dios de la luz y el calor evitando su mirada. Vi entre gentes extrañas vestidas con pieles de fantásticos animales de extraños colores una mujer que sentí nuestra, hablaba del vaso que estoy haciendo.
Debo terminar el vaso para hornearlo y regalárselo a mi hermano, así cuando descanse en la cotarra (2) a la que tanto gustaba de ir y haga el último viaje lo llevará consigo con sus puntas de flecha y su puñal para beber y cazar con los dioses y junto a él, la diadema que será el regalo de mi padre para que se lo de a la diosa de la fertilidad y asegurar así, aún con la muerte de su hijo, una fuerte y larga estirpe.
Las gentes extrañas lo hallarán.
Anoche soñé con este lugar, en el que estamos excavando, en el Calcolítico. Vi una campiña con numerosas charcas y lagunas, unas cuantas flanqueadas de hermosísimos árboles. Había algunas con señales de utilización por personas y cercana a una de ellas estaba una mujer que me resultó familiar. En cuclillas, al lado de un horno abierto, esmerándose, trabajaba la arcilla de la orilla de la laguna mezclándola con raíces y semillas dando forma a un vaso campaniforme. Paró un momento y se quedó contemplando el cerro que está al sur del pueblo en el que estamos, Fuente Olmedo, el que llaman aquí “Perro Alto”.
Debemos excavar un nuevo emplazamiento en esa colina para encontrar, en la tumba de su hermano, el vaso que estaba haciendo.
1) Charcas, lagunas.
(2) Cerros, mogotes.
La tumba de Fuente Olmedo, hallada en “Perro Alto”, contaba con un puñal de lengüeta, once puntas palmela, una diadema de oro, un brazal de arquero, una punta de sílex y el equipo cerámico. Es uno de los enterramientos más ricos de la cultura del vaso campaniforme europea. El difunto era un varón de unos 18 años, por lo que parece que tenía una autoridad heredada.
Para la tumba de Fuente Olmedo se tiene una fecha de carbono 14 que se cifra en el 1650 A.C., que se considera algo corta.
Hoy se piensa que el grupo de Ciempozuelos, al que pertenece el enterramiento de Fuente Olmedo, se desarrolló entre el 2150 y el 1650 A.C., es decir, a lo largo de cinco siglos.
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